Nosotros
Teníamos una idea y queríamos cambiar el mundo.
Hoy, ya empezamos.
Todo comenzó en el patio de una casa.
Chinampac nació entre amigos, pláticas sobre la vida y un deseo genuino de hacer algo distinto, que impactara la vida de los demás. Nuestro primer sistema acuapónico fue armado con madera, cubetas recicladas y más entusiasmo que experiencia. Lo colocamos en una privada al sur de la Ciudad de México, donde por primera vez demostramos que sí se podía cultivar alimentos... en medio del concreto.
Una forma diferente de alimentar a nuestras ciudades.
Sabíamos que en México millones de personas viven con hambre. Que muchos alimentos viajan cientos de kilómetros antes de llegar a la mesa. Que cultivar con químicos ya no es opción. Descubrimos en la acuaponía, una técnica que une peces y plantas en un solo sistema, la respuesta ideal para producir alimentos sanos, frescos y locales con muy poca agua y sin fertilizantes artificiales, cerca de ti.
Lo ancestral como punto de partida.
Mientras más investigábamos, más nos encontrábamos con nuestras raíces. Las chinampas, los acociles, la espirulina: ingredientes y técnicas que los mexicas usaron para alimentar a miles de personas de forma sustentable. Así entendimos que el futuro también está en el pasado, y que nuestra misión era clara: traer esos conocimientos al presente, adaptarlos a las ciudades y ponerlos al servicio de quienes más lo necesitan.
Del prototipo al impacto.
Con el tiempo pasamos de una instalación improvisada a operar tres puntos de producción urbana, beneficiando a más de 1,800 personas con alimentos, educación y empleo verde. Nuestros residuos ahora se convierten en fertilizantes, suplementos y productos como el polvo de hueso de aguacate.
Lo que empezó como un experimento se volvió un ecosistema.
Hacia una red de ciudades que cultivan.
Hoy queremos crecer. Construir más microgranjas en las ciudades. Llevar nuestra tecnología accesible y modular a otras comunidades. Lanzar más productos funcionales con impacto social. Y, sobre todo, seguir sembrando algo más profundo que alimentos: sembrar resiliencia, cultura, salud y futuro.
Nuestra misión es erradicar el hambre en México una alcaldía a la vez, construyendo microgranjas urbanas que transforman espacios olvidados en centros de producción, educación y resiliencia alimentaria.